por Antonio Elizalde Hevia
Publicado originalmente en :http://www.economiasolidaria.net
Un niño de 11 años murió ayer en las afueras de la capital argentina tras dispararse un tiro en la sien por no haber realizado su tarea escolar. “Papá, lo hice por no haber hecho los deberes y por tener una familia que no merezco. Los amo a todos”, dijo el menor en una carta de despedida. El pequeño, cuyo nombre no se reveló por razones legales, se suicidó en su casa de Lomas de Zamora, al sur de Buenos Aires, con una pistola de su padre al culminar las dos semanas de vacación invernal.
(Agencia EFE, 5 de agosto de 199 8)
En un pueblo llamado Tristeza, todos los días mataban gente, secuestraban niños y otras cosas muy trágicas, por eso se le puso ese nombre. En ese pueblo había un grupo de niños el cual el mayor era el líder y se llamaba Pedro.
Un día como era de costumbre se presentó una guerra entre guerrilla y ejército. La gente salía de sus casas corriendo y gritando con sus niños, dejaban en sus casas las cosas materiales porque ellos sólo querían salvar su vida.
Un grupo de niños había hecho un pacto de amigos que decía que no se iban a separar nunca. Pero en esa ocasión muchos de ellos salieron a buscar fortuna con sus padres. De este grupo sólo quedó Pedro y su mejor amigo Diego.
La guerra seguía y en un momento Pedro y Diego salieron corriendo por la mitad de una calle muy angosta en donde más se concentraba la guerra. Una bala pasó volando y le cayó en el pecho a Pedro. Al instante cayó y lo único que dijo fue: Qué bueno sería morir de viejo y no por las balas de la violencia.
(Javier Fernando Ramírez López, niño colombiano de 10 años de edad)